Hace muchos siglos que el aceite de
oliva es empleado para el cuidado del cabello, con fines cosméticos. En Grecia,
era un aceite que se añadía a los ungüentos de masaje, pero también era un óleo
terapéutico para los deportistas de la época. En cambio, en Roma se le atribuía
un uso meramente cosmético: debido a sus propiedades lo empleaban sobre la piel
del rostro y el cuerpo.
Aceite de oliva para el cabello
Como
sabemos, las vitaminas son un elemento esencial en los aceites. El de oliva es
muy rico en tocoferol, pero también en ácidos grasos insaturados y minerales
esenciales para las células. Esta composición se traduce en propiedades
regeneradoras e hidratantes que aportarán los nutrientes necesarios para que tu
pelo recupere su vitalidad y belleza
Aceite de oliva para la piel
El aceite de
oliva también ofrece unos beneficios interesantes a la piel, tanto en la cara
como el cuerpo. Probablemente, es el que contiene la mejor concentración de
ácidos grasos esenciales y vitaminas. Esta razón le ha llevado a ser uno de los
más elegidos por aquellas personas que quieren una rutina de belleza sana y
saludable. Tiene varios efectos para aplicarlo en nuestro cuerpo.
- Hidrata profundamente. Penetra hasta las capas más internas de la piel, donde actúan sus vitaminas antioxidantes. De esta forma, se logran efectos rejuvenecedores del cutis.
- Repara las uñas más quebradizas.
- Es cicatrizante y reparador.
- Su poder regenerador sirve para reducir el tamaño de las estrías en la piel.
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